Foto: Domingo Mestre |
Miquel Àngel Marín, Carles Hac Mor, Ester Xargay, Javier Caballero, Carles Andreu, Bartomeu Ferrando, Charly Efe, BANO (Urano Players), El hombre viento, Martaerre, Nathalie Gangnon i Yves Leduc (Groupe de Recherche en Sculpture et Art Sonore de Canadà), Maria Jesús García, Llúsia Peiró, Nelo Vilar, Eva Pez, El Colectibo, Miguel Molina, Álvaro Pichó, DeCo Nascimiento & Tatiana Travisani, Ferrer Molina, Anna Higueras, Nigella, Taïs Adani, Luis Blas, Jesús G, David Trashumante, Grup PC, Grup de Cambra L’ensemble, Mª José García Fort, Rafael Tormo, Boke Bazán, Pepa Úbeda, José Luis Albacete, Aitana Albacete, Izaj Barber Palacios, Tziran Barber Palacios, Mon Palacios, Llorenç Barber, Cristina Gómez, Andrei Bunaciu, Carmen Cortés, Javier, Daniel y Adrián Picazo, Cristina Domingo, Miguel A. Calero, Mº José García Fort, J. Vicente Moreno, Domingo Mestre, Pau Ballester, alumnos del C.S.M.V., Laboratorio de Valores...
Foto: Domingo Mestre |
Emparada pel gran pi totèmic, endreçat -és un dir- per a l’ocasió amb escales i pinyes que s’obrien per deixar anar pinyons de saviesa, plaer, humor, l’orquestra desplega successivament aires, àries, notes, mots, sorolls, sospirs, cançons, tirabous... i convoca els grans intèrprets de la civilització: Tzara, García Calvo, Brossa, Yoko Ono... una mitologia cultural. Evoco a Pascal: l’home és una canya pensant. La canya esdevé Siringa. Amb el xiulet la platea infla bufetes, delícia dels xiquets, dels desitjos que s’arboren cap a l’horitzó de les constel·lacions. Esbocino un diari i l’atzar ens retorna vells titulars de l’actualitat passada: Las ayudas públicas comprometidas con la banca ascienden a 104.000 millones, o bé, El Roto fa dir a Cervantes Buscad mis huesos por las cunetas, donde acabaron muchos de los mejores. Convoco la màgia brossiana en la Decantació del buit, on el res, que sempre conté alguna cosa, esdevé l’infinit: 8 → ∞.
Miquel Àngel Marín escala el gran pi axial amb els refilets de la canya i el boufit del seu càntic es repicat pel raucar de les granotes a la bassa. El jardí és una experiència paradisíaca. La música a flor de pell i els llavis rojos inciten el bum-bum de l’elocució, del so preverbal, del mot esdevingut gest i dansa. L’instant és vida i la cultura temps.
Un entusiasme
creixent la Festa de la Boca, i la Bouesia comença amb bons senyals.
Foto: Domingo Mestre |
Dícese que el sonido es más veraz que las palabras.
Bajo este concreto y hasta llamativo lema acaba de tener lugar entre nosotros
un festival/marathón en el que la húmeda boca deviene versátil orquesta. Nace
así – y con ganas de permanecer – una iniciativa que, ‘modo valenciano’, quiere
poner al día cuanto hace ahora 25 años en “Tramesa d’art” se postuló, y que en
boca de Enzo Minarelli dimos en llamar “Manifiesto de la Polipoesía” cuyos
formantes son: tecnología, multipalabra, boca, montaje, lengua y sobre todo
presencialidad.
De hecho “La Boca” arrancó con un bisbiseador Antonio
Méndez al que sólo se le escuchaban pizcas de amplificadas sílabas mientras su
voz llegaba cálida y electrónicamente grabada en viejo soporte de ‘cassette’.
Presencia, labios en (supuesto) bisbiseo y tecnología en fraternal todo,
relatando un presente tergiversado que nos urge poéticamente a sintonizar
con la ya anfibia y desbordada realidad en que discurre nuestra cotidianeidad.
Tras ello, mas de veinte propuestas de poesía discursiva, fonética,
performática, gestual, tachista, visual etc.
Y es este ‘clic’ polipoético - que entre
nosotros cantó el Cura Castillejo - el que en el libro “Dirección
Única” de W. Benjamin se menta como una suerte de “lenguaje rápido y
directo” de las formas modestas y fragmentadas de comunicación, y que no
obstante superan en eficacia “el gesto pretencioso y universal del libro”.
Foto: Taïs Adaní |
Y así ocurre con todas las artes sónicas, tan
desbordadas, pues son tantas y tan asequibles las maneras de parafrasear,
imitar, dialogar con almas, sonidos, sensibilidades y contextos que las
viejas palabras, composiciones y técnicas heredadas ya no cantan en solitario
desde al parnaso de las academias de antaño – como pueden pretender los
“contemporáneos” de manual - sino que abandonando todo ‘gesto pretencioso
y universal’ conviven boca a boca y hasta entran en ebriedad de arte vida. Urge
pues salir de melancolías y revisar situaciones, categorías y utillería
instrumental, para desde ahí comprender las cualidades visuales, sonoras,
táctiles, espaciales y contextuales de cuanto percibimos, sea repetido y
cotidiano, sea único y singular. Vivir es la única fiesta que no falla.
LLORENÇ BARBER
LLORENÇ BARBER
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