S’assola l’horitzó
davant la mar.
JC
La Bouesia 2007 va començar pel Boucòctel Silenciós inaugural, al Cafè
Universal, un vint-i-sis de juliol. En el principi fou el silenci, / després la
paraula –Brossa. Tres va ser el convidat, va posar el dit en el soroll viu que ens apaga, per
anar callant un a un tots els barbulls que duem incorporats i no sentim sovint.
Desperta una consciència de la bullícia i distingeixen presències sonores,
potser per contradir Lucian Freud quan deia Igual
que el llenguatge de l'art és silenciós. I en el fil de la recerca del
silenci ens va quallar L'estrany silenci
d'un home davant d'una obra d'art no s'assembla a cap altre. Paradoxa màgica
del silenci, es descobreix quan no hi és. El so, la màscara del silenci.
Ara que TRES entra en el silenci definitiu recordem aquí el BOUETA
SILENCI amb dues necrològiques del País:
de R. Bosco i de A. Horta
I suggerir un passeig per la seva web: http://www.elsilencio.com
la qual obre el silenci amb aquest Kafka:
El goig és ridículPer a la felicitat no només n'hi ha prou el silenci,
sinó que és l'única possibilitat.
Louise BOURGEOIS, He dissapeared into complete silence, gravat, 1947 |
Fallece Tres, el
artista que dejó hablar el silencio
El
artista multidisciplinar e investigador sonoro murió en Barcelona el miércoles ROBERTA BOSCO Barcelona 7 OCT 2016 -
00:00 CEST
El artista multidisciplinar e
investigador sonoro Tres (Barcelona, 1956) falleció el pasado miércoles en su casa de Barcelona,
debido a un tumor que le detectaron hace unos meses. El artista, que se dio a
conocer por sus trabajos sobre el silencio, núcleo de un corpus de obras que
exploraron todas las disciplinas, pintura, fotografía, vídeo, performance y arte sonoro, ha vuelto al silencio del que todos
venimos rodeados de amigos. Muy apreciado en la comunidad artística por su
actitud generosa y positiva, se mantuvo siempre fiel a su búsqueda creativa, a
sabiendas de que se movía en un ámbito minoritario y nada comercial. Esto no le
impidió exponer en galerías de primera fila como Palma Dotze o Taché, que
acogió una de sus últimas performance en Barcelona, durante la cual rompió el silencio que tanto valoraba con un
disparo. “Hay silencios perversos, sinónimo de censura, impunidad y
ocultación”, explicaba entonces el artista, que nunca quiso revelar su nombre
real.
Principal representante español de una corriente de pensamiento que tuvo su
máximo exponente en John Cage, Tres fue una presencia imprescindible siempre
que se trataba el tema del silencio y sus Blackout concert se presentaron en centros de arte de medio mundo.
También se midió con el comisariado, organizando dos de los ciclos más
experimentales que el Espai 13 de la Fundación Miró ha acogido en los últimos
años: Silencio
Explícito y Sonido
Implícito. “En esta sociedad
verbalmente incontinente, no hay espacios para el silencio”, afirmaba Tres, que
por ello se dedicó a crear espacios y situaciones que posibilitaran su
percepción, superando la condición meramente acústica para convertirlo en una
metáfora de búsqueda interior. Su legado queda resumido en el catálogo razonado
de sus acciones Tres – The Actions 1981–2009 y en su web www.elsilencio.com.
Dansa tradicional índia |
Tres: domador de silencios
El edificio del museo enmudece gradualmente. Poco a poco, aquellos sonidos
a los que no habíamos prestado atención van desapareciendo, uno tras otro,
dejando tras de sí un silencio cada vez más estruendoso. El aire acondicionado,
los pequeños ventiladores de los ordenadores situados junto la entrada, un
remoto motor eléctrico, las luces fluorescentes de un espacio adyacente… Sus
sonidos se nos hacen presentes justo y sólo después de su desaparición. Y
cuando pensamos que ya no queda nada que escuchar, cuando el sonido nos parece
ya del todo ausente, el artista, llamado Tres, desactiva un último dispositivo
y consigue que nos sumerjamos todavía más hondo en el silencio. Tres, que
siempre prefirió ocultar su verdadero nombre y muy a menudo también su rostro,
llamaba a este tipo de acciones “conciertos para apagar” y hace unos años los
rebautizó como Blackouts (“apagones”).
Estas acciones fueron sólo una de las muchas ideas que su autor extrajo de
su lúcida comprensión del silencio. Los miembros de la Banda de la Unidad
Montada de la Guardia Urbana de Barcelona todavía recuerdan el día en que Tres
les pidió que tocaran (“pero sin tocar”) sus instrumentos durante un desfile en
el que los caballos iban a llevar trozos de fieltro bajo los cascos para
amortiguar el sonido de sus pasos. También fueron memorables sus cócteles
silenciosos, sus conciertos para tubas sobre el agua de diversos lagos o los
dos ciclos que entre los años 2009 y 2011 comisarió en el Espai 13 de la
Fundació Miró. En un país donde las instituciones artísticas todavía parecen
temer al sonido y no han aprendido (o no han querido aprender) a hacer resonar
sus paredes blancas aquellas dos magníficas series de exposiciones, tituladas Silencio
explícito y Sonido implícito, fueron un verdadero regalo.
Tres también trabajó en el ámbito de la música experimental (en las bandas
Klamm y The Fake Druids así como junto al artista Zush / Evru) y durante un
breve periodo de tiempo decidió romper con su silencioso disciplinamiento con
una serie de piezas y acciones en las que empleaba el ruido de los disparos de
una pistola de fogueo como un reverso del silencio a través del cual se lo
podía rasgar y subvertir. Tres coincidía con John Cage en aquello de que “el
silencio no existe” pero pronto comprendió que, a pesar de todo, podía ser
escuchado; que debía ser escuchado.
Comprendió también que escuchar a través y más allá del silencio es una acción
profundamente política: siempre hay algo hacia lo que tender el oído, incluso
(o muy especialmente) después de su silenciamiento.
A través de sus imaginativos y siempre poéticos dispositivos conceptuales
Tres supo domar el silencio y emplearlo para llamar la atención sobre
cuestiones y problemáticas que le preocupaban como artista pero también (y
sobre todo) como individuo comprometido con la realidad. Cuando este miércoles
los oídos siempre abiertos de par en par del querido Tres se cerraron nos fue
legado su maravilloso trabajo y con él la responsabilidad de escuchar; de saber
hacerlo incluso cuando el ruido o el silencio son atronadores.
instal·lació de Julian SCOTT, 2002 |
imatges: www.elsilencio.com
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